A continuación reproducimos la información publicada por La Gaceta.
El Ayuntamiento de Candelario se ha marcado como objetivo para esta legislatura promover la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) para el parque municipal y el albergue allí ubicado, que es propiedad del Ayuntamiento de Salamanca.
Se trata de una iniciativa que busca un reconocimiento para la singularidad del parque y del edificio, junto con una protección patrimonial ya que, según explica Pablo Hernández, alcalde de Candelario «es un edificio pionero en España para la atención de escolares desfavorecidos» junto con el parque «que es histórico y hay que protegerlo». Tiene una historia de ayuda y solidaridad que quiere el Ayuntamiento de Candelario ensalzar para obtener ese reconocimiento patrimonial y cultural….
La propuesta corre de parte del Consistorio candelariense y buscará contar con el apoyo del Ayuntamiento de Salamanca, ya que el parque es de Candelario y el edificio de Salamanca, pero se trata de dos elementos inseparables y que carecerían de sentido por separado.
El edificio comenzó a construirse en 1918 y quedó terminado tres años después. Cuenta la historia de la época que fue el primer edificio construido para facilitar el disfrute de actividades de verano a niños y niñas con menos recursos en una iniciativa alentada por el doctor Filiberto Villalobos. El arquitecto municipal de Salamanca, Joaquín Secall, redactó el proyecto y el filántropo José A. Jáuregui se ofreción a construirlo para cederlo al Ayuntamiento salmantino y a la localidad de Candelario por haber cedido los terrenos… Quedó terminado en 1921 pero no fue hasta 1924 cuando fue entregado al ayuntamiento de Salamanca por distintos problemas burocráticos. Puesto en servicio, recibió a 17 expediciones de niños y niñas hasta 1935. Su uso cambió con la Guerra Civil para ser hospital, después albergue de auxilio social y ahora se utiliza como albergue juvenil.
El parque municipal ocupa una amplia extensión en la parte inferior de Candelario con vistas a las montañas de la Sierra. Fue en 1920 cuando Filiberto Villalobos pidió permiso al ayuntamiento para plantar árboles que dieran una mayor realce al albergue. Y así fue. Los pequeños plantaron más de 600 ejemplares de cedros, plátanos orientales, castaños de indias y tilos. Se planeó entonces construir una fuente en memoria de José A. Jáuregui, existente en la actualidad aunque visiblemente dañada por los actos vandálicos. Así lo recoge la inscripción que tiene la fuente, que fue inaugurada en 1922 gracias al empuje de los alumnos del señor Jáuregui.